Sobrevive a la Nueva Normalidad
Todos dicen tener la receta adecuada de cómo debes de enfrentarte a la “Nueva Normalidad” y entre tantas “sugerencias perfectas” te sientes totalmente imperfecto al no lograr claridad a pesar de seguir todas las recomendaciones que constantemente y por todos los medios te bombardean.
Has decidido aprender algo nuevo, indispensable aprovechar el tiempo, además de que hay un sin número de cursos en línea a muy bajo costo o incluso gratuitos. Inicias un sinfín de cursos, pero ninguno es lo suficientemente bueno como para concluirlo.
Te das cuenta que esta pandemia es una oportunidad: por fin tienes el tiempo para ver las series y películas que por tiempo no habías podido ver, pero en los primeros 2 días de la cuarentena ya viste las 12 primeras temporadas de esa serie y ver la siguiente te resulta poco interesante.
Comenzaste a hacer ejercicio en casa, los gimnasios cerrados te obligaron a hacerlo, además de que esto te ayudará a generar las endorfinas que te provocarán el bienestar que tanto necesitas, pero antes de que puedas poner la playlist que te motive, la llamada del Banco te recuerda que las cuentas siguen y te tumban la motivación con la que iniciaste.
La cuarentena que aparentemente está por terminar te obligó a estar en familia, que aunque al principio resulto una idea romántica, dejo de serlo después de que 20 mts2 lo hicieron insoportable. Ayudar a hacer las tareas de los pequeños en temas que ya ni recuerdas o platicar con tu pareja que descubres es un total extraño… no importa, intentas mantenerte optimista respiras: inhalas y exhalas, pero no da resultados.
Te has puesto a pensar ¿cuál es la verdadera razón por la que enfrentarte a la nueva normalidad te aterra? ¿Te has dado el tiempo para analizar la situación por la que el mundo está atravesando y que papel juegas dentro de ello?
La rutina nos tenía acostumbrados a vivir bajo horarios y estructuras que te obligaban a vivir con una rapidez en la que la reflexión era prácticamente imposible. El medio ambiente, la sociedad, las redes sociales han obligado a todo individuo a mostrarse fuerte, seguro y estable para poder enfrentarse a la “guerra” llamada vida. La cotidianidad permitía que reafirmaras estas poses hasta que se convertían en una “realidad”. Hoy que la pandemia te obligó a hacer una pausa en tu vida, te encuentras frente a frente con un gigante que, aunque siempre ha estado a tu lado te resulta totalmente desconocido: la vulnerabilidad.
El mundo ha sido obligado a tomar una pausa para la que no estaba preparado, la naturaleza respiro, pero los humanos sin saber hacerlo y acostumbrados a vivir con rapidez, inconscientes de lo verdaderamente esencial no sabemos cómo ponernos en acción y enfrentar la vulnerabilidad.
Reflexionar y conectarse con lo verdaderamente esencial, abrazando la vulnerabilidad, siendo consiente de tu fragilidad como humano, nos permitirá actuar con paso firme, sensibilidad, amor y respeto, así encontrando la fuerza indispensable para avanzar sin miedo.
Así como una herida requiere de tiempo para ser sanada, una fractura requiere de reposo, así tu vida y tu mente se vieron obligados a utilizar un espacio en donde hacer conciencia de la vulnerabilidad, nadie estaba preparado para esta pandemia, para esta pausa. Si no te permitiste caer y sentir el dolor, difícilmente tendrás la fuerza para después recoger tus cenizas con las que construirás a el verdadero tú.
No inicies ningún proyecto, ningún curso, ninguna rutina de ejercicios, si antes no meditaste, oraste o simplemente reflexionaste. Lo más importante no es actuar, lo más importante es descubrir quién eres, como te sientes y lo que quieres, después de esto no habrá pandemia que te frene.